Bohemia

A Brita...

El sonido platinado de las monedas en mi bolsillo acompañaba mi andar por las calles desiertas de la Colonia Americana... Salí al sol de un domingo apacible de Guadalajara con la seguridad de que debería caminar mucho antes de sentirme bien. La Noche anterior había durado hasta hace unos minutos. No había dormido. Mis amigos (3) y el resto de la gente en el bar (78) se habían ido hace unas horas. Al final solo nos quedamos tu y yo hablando sobre la rancia bohemia que promueven los aburridos oficinistas y los empresarios blandengues. Hablamos y hablamos riendonos de lugares como "La Pianola" y todos esos "Piano-Bar" que abundan en esta ciudad. Abundan y le dan un falso sentimiento de bohemia permanente... los lugares donde los bohemios viven, toman, se ilusionan, se lastiman y hacen el amor no son los que la gente piensa... todos esos moteles son lugares de pena... de verguenza... los reales bohemios hacen el amor desvergonzadamente... no les importa traicionar, no les importa lastimar ni ser lastimados... ese es, después de todo, su sino.... los bohemios rancios escuchan a mujeres avejentadas cantar canciones de amor frugral falsas... nosotros hacemos de cualquiera la canción de nuestro amor pasajero y en cada nota y cada verso... depositamos la fugacidad de ese sentimiento que quema nuestras entrañas como quema nuestras gargantas el vómito alcoholico....

Caminé por Atenas hasta París, y subí hasta Unión, la caminé hasta toparme con el puesto de periódicos frente a la farmacia, y compré "La Tempestad", "El Informador", "El País" del sábado y "Letras Libres"... compré también un paquete de Aspirinas y cuatro Gatorade's... caminé de nuevo hasta la calle Atenas.. donde tú Atenea me esperabas para abandonarme....